miércoles, 31 de agosto de 2011

Discurso de cultura empresarial japonesa por Carlos Kasuga



Por Carlos Kasuga Osaka
Director General de Yakult SA de C.V.

Soy hijo de inmigrantes japoneses que en los años 30 tuvieron la gran visión de escoger esta tierra y con moldes japoneses me hicieron. De fabricantes japoneses pero ensamblado en México. ¡Y lo que está hecho en México, dicen que está bien hecho!

El tema que me designaron el día de hoy “trabajo en equipo”, es muy común en Japón.

Me llenó de mucho orgullo y esperanza que existan jóvenes que traten de luchar por ser empresarios y no estudien para buscar empleo.

Japón es un país del tamaño de Chihuahua y Aguascalientes juntos, pero tiene 124 millones de habitantes, tiene los 10 bancos más grandes del mundo, tiene el índice educativo y de longevidad más alto del mundo, tiene el índice de criminalidad más bajo del mundo y su producto nacional es igual a lo que producen Francia, Inglaterra y Alemania juntos.

¿A qué se debe esa gran productividad? Es una gran historia, una gran tradición. Les voy a dar unos “tips” para que sean magníficos empresarios en esta Nación.

Analizando las diferencias entre Japón y México, veo cuatro diferencias importantes:

-La educación
-Actitud ante la naturaleza
-La religión y
-La actitud ante la vida misma

La educación: En México se da mucho la educación instructiva, de conocimientos. A nuestros padres les preocupa el 5, el 6, el 8 pero ¿y la educación formativa? ¿Qué valores son los inculcados en nuestras escuelas?

Entre los valores que tenemos que tomar en cuenta están: la honestidad, la puntualidad y la limpieza.

Esta educación se relaciona con la educación necesaria en un empresario de éxito.

Existen cuatro pasos para ser un empresario de excelencia. Estos pasos son: el bien ser, el bien hacer, el bien estar y el bien tener.

1 El “bien ser”: honesto, puntual y disciplinado. Por ejemplo: aquí están cerca de 600 personas. Si el conferenciante llega 10 minutos tarde, estamos perdiendo 6.000 minutos en esta Nación. Por eso no se puede jugar con el tiempo y menos con el tiempo de las demás personas.

El principio fundamental del respeto. Si no es tuyo debe ser de alguien. Si esta pluma te la encontraste en un escritorio debe ser de alguien, entonces devuélvela. Si te encuentras con un reloj o un anillo y no es tuyo, debe ser de alguien, si te encuentras una cartera tirada en la calle y no es tuya, debe ser de alguien y si te encuentras en una fiesta una señora, y no es tuya, debe ser de alguien. Y si todos respetamos todas estas cosas, viviríamos mejor.

Les voy a comentar cómo conseguí a mi gente. Compraba yo el periódico que venden los muchachos en la tarde. Les daba yo 100 pesos y me tenían que regresar $ 99,20.

Muchos no me los regresaron, pero los que me lo regresaron son los que actualmente tienen un porvenir, son ellos los actuales ejecutivos y directores, por eso yo tengo tanta fe en este país porque la gente con la que trabajo sabe trabajar en equipo.

Como los japoneses somos pequeños, la maestra nos pide sacar el volumen de la jaula de los changos sin utilizar ningún instrumento, con puro cálculo visual.

Es por eso que cuando los japoneses van a cualquier exposición en el mundo, regresan al hotel y sin cámaras de video o fotografías hacen los planos de esas máquinas y las mejoran.

Yo he mandado a mis técnicos a exposiciones en Hamburgo y les pregunté ¿Qué vieron? Me contestan: “un oso” y ¿qué tiene el oso? Les pregunto las medidas, el volumen o el material de los osos y no me saben decir algo con exactitud.

2 El “bien hacer”: Haz las cosas bien. Si vas a nadar hazlo bien y si vas a estudiar, hazlo bien

3 El “bien estar”: Las gentes que son un “bien ser” y dan a la familia y a su escuela más de lo que recibieron llegarán a este paso, y quienes siguen estos tres pasos en este orden, tarde o temprano llegarán a lograr

4 El “bien tener”

Actitud ante la naturaleza: En cada acto importante de la vida planta un árbol: cuanto te cases planta un árbol, cuando nazca un hijo tuyo planta un árbol, cuando entres a la primaria planta un árbol, antes de cualquier evento realmente importante, planta un árbol.

Si tu padre y tu mamá plantaron un árbol cuando naciste, a ese árbol que tiene ahora unos 20 años, a ese árbol lo quieres. Sí, realmente sí, porque significa mucho para ti.

Pero si aquel árbol lo siembra el gobierno, me importa un comino y es el mismo.

Es por eso importante que cada quien hagamos nuestras propias cosas, para que las amemos. Por eso, la juventud tiene que ser emprendedora. Nos quejamos de la contaminación y de la erosión de la República, pero si cada quien plantara un árbol en cada momento importante de su vida, México sería otro.

La religión: En un programa de televisión al que me invitó Ricardo Roche, yo fungía de traductor y Ricardo preguntó: ¿cuál es la diferencia entre los trabajadores japoneses y mexicanos?

Después que los japoneses terminaron de cuchichear, se levantó el jefe y les dijo: “Hemos visitado muchas empresas mexicanas y creemos que el trabajador mexicano es mucho más hábil, pero el día de hoy acabamos de estar en la Villa y nos hemos dado cuenta porqué las relaciones entre los obreros y la empresa son tan deficientes”. “Lo que vimos en la Villa, es que los dos pueblos son iguales: les gustan las peregrinaciones, los tambores, los amuletos, los cuetes, etc., pero ustedes van a los templos a pedir y a esperar, y en el Shintoismo nosotros vamos a ofrecer”

“Por eso, nos hemos dado cuenta que los sindicatos mexicanos presentan pliegos de peticiones y los sindicatos japoneses presentan pliegos de ofrecimientos. ¡Pequeña gran diferencia!”

El pliego de ofrecimientos: ¿A qué me refiero con esto?

Si fabricamos 1.000 Datsun, ofrecemos el año entrante fabricar 1.200. ¿Qué ofrece la empresa? Tenemos 5% de errores en la producción, ofrecemos reducirlos al 3%. ¿Qué ofrece la empresa?

Y en base a estos ofrecimientos, las empresas japonesas han logrado un error 0, calidad total y “Just in time” o “Justo a tiempo”.

Con pliego de peticiones nos es posible, pedimos más días no laborables, más vacaciones, más aguinaldo, que nuestro cumpleaños nos lo paguen triple y no trabajarlo.

Actitud ante la vida: El elefante del circo Ataide levanta la trompa y ¿por qué no se escapa siendo un elefante? ¿por qué no es libre como los otros elefantes? Porque le pasa lo que a muchos de nosotros nos pasó cuando éramos pequeños.

A ese elefantito de pequeño lo tenían atado con una cuerda de la patita y él quería ser libre y jalaba y jalaba, quería ser libre. Se lastimó la piernita, le sangró y después le salió un callo y no solo en la pierna, sino también en la cabeza, de que “yo no puedo” y ya no puede.

Y así muchos jóvenes que llegan a tener 20 años y que ya son adultos y “ya no pueden”. ¿Por qué desgraciadamente no pueden? Porque desde chiquitos estuvieron escuchando todos los días: eres un bruto, eres la vergüenza de la familia, eres un malcriado, siempre te reprueban.

Entonces, ese joven llega a ser grande, como el elefante, a determinada hora nada más sale trabajar, da las vueltas que tiene que dar, ni una más ni una menos, mueve la trompita, termina y se lo llevan al corral y alguien le trae de comer.

Y así muchos empleados que nada más hacen lo esencial. ¿Qué deben hacer? Que el objetivo de hoy sea ser felices y disfrutar lo que hacen, prepárense para que su objetivo de vida no sea que den las cinco de la tarde. ¡Qué triste!

Mi gente sabe que son ayudantes de Dios, que todos los días están creando productos que dan alegría a los niños o que llevan a través de Yakult salud a sus hijos.

Sabe mi equipo de diseño que lo que diseñan en esta Nación no lo había, que gracias a su ingenio está saliendo un producto nuevo en México.

Así, hay padres de familia, maestros, empresarios, que todos los días están creando fracasados. Pero también hay maestros, padres de familia, empresarios y jefes que todos los días están creando triunfadores.

Es muy diferente, créanme, trabajar así. Tenemos que cambiar la mentalidad de la gente y de los jóvenes universitarios que tuvieren la dicha de ocupar un lugar en esta institución, y que son sólo el tres o cuatro por ciento de la elite de esta Nación. Tenemos una obligación con México. ¿Porqué no crean sus propias empresas? Pero no se imaginen su primera empresa con dos hectáreas de largo. ¡No! ¡No! ¿Cómo empezamos todos los empresarios? Pues tenían capital ¡No es cierto!

Yo conozco a muchos libaneses, israelitas, españoles, que llegaron a esta Nación, a México, con una mano adelante y otra atrás, sin amigos, sin conocer el idioma y las costumbres, pero con una fe en sí mismos, en este México, y trabajaron mucho y ahora son los empresarios de esta Nación.

Pero ¿qué pasa con el pueblo? Vean ustedes el comportamiento en el pueblo de Chiconcuac; hay la fiesta del pueblo, se celebra San Agustín o Santo Tomás, el patrono del pueblo, y es casi toda la semana de pachanga. ¿Qué hacemos los mexicanos? El bailongo, los cuetes y los cheves.

¿Y los españoles? Abriendo desde las cuatro de la mañana sus panaderías, hasta las diez de la noche, y vean a los israelitas trabajando y trabajando. Nosotros no, pues es día de fiesta del pueblo. ¡Cómo! Me va a castigar San Agustín.

Vean la diferencia en el trabajo. Vean un domingo de nosotros, juega el América..los cheves. Los anglosajones arreglando el carro, limpiando, pintando la pared, engrasando la puerta, podando. El japonés arreglando su jardín, trabajando. Nosotros no. ¡Pues es domingo! Y como hoy es domingo ¡cómo quieres que trabaje!

Yo hablo con mis trabajadores. Vieran lo que he aprendido de todos ellos: gente que ha vivido en los cinturones de la miseria, gente que después se va superando poco a poco. Cada vida, de cada ser humano, es una enseñanza.

La obligación del empresario, los que tuvimos la fortuna de haber estudiado, no es nada más hacer dinero. Es trabajar y trabajar, y dar educación.

Soy director de Yakult. Tenemos 20 años en esta empresa. ¿Qué es Yakult? Hubo un científico japonés al que le llamó la atención que los niños cuando están tomando leche materna nunca se enferman del estómago y descubrió que la madre en la leche materna produce un lacto bacilo el cual fue extraído de la leche materna para hacerlo vivir en leche de vaca. Cada frasquito de Yakult tiene más de 8 mil millones de lacto bacilos.

Actualmente vendemos 2 millones de frasquitos diarios. Mis trabajadores son los mejor pagados en el área de Ixtapaluca. El reparto de utilidades que reciben, es lo que ganaron en un año de sueldo.

Pero ¿cuánto retira el empresario en estos quince años que tenemos en México? Ni un solo centavo. Así es cómo las empresas de los japoneses crecen. Cuando éstas todavía no cumplen 20 años, nosotros, no retiramos ni la parte japonesa ni la parte mexicana. Es pura inversión y reinversión.

Y quiero que entiendan futuros empresarios, que cuando los jóvenes aquí en la universidad están pensando ¿Qué vamos a hacer?, es como el enamoramiento. Cuando hacen el Plan de Negocios, es la concepción. El embarazo, cuando construye la fábrica. Y cuando la inaugura, es el nacimiento. Después ya tienen un bebito. Dentro de los tres primeros años tienen que cuidarlo a diario, con el único objetivo de hacerlo crecer.

Pero en México el 84% de todas las empresas nuevas, los tres primeros años, los papás quieren que el “bebito” les ponga auto último modelo, que les ponga alfombra, aire acondicionado, muebles de caoba y una secretaria “güera” de minifalda. ¡Pues quiebran!

Después viene la adolescencia y después llegan a ser adultos. Es cuando las empresas japonesas empiezan a hacer reparto de utilidades a los socios.

Así es cómo las empresas japonesas, por eso son empresas multimillonarias y empresarios pobres. Y la diferencia de sueldo entre el obrero de más bajo nivel y el presidente de la compañía, es 8 veces.

En la pirámide de nuestra Nación, quieren hacerse ricos al segundo año con esa empresa que ponen. Váyanse a 20 años de plazo, métanle todo lo que ganen, dénle todo a su hijo que es su nueva empresa y verán cómo crece. Verán cómo se hace adulto. Sí, ¿y de qué vivimos? ¿de un sueldo? Pueden tener un salario, pero no lo sangren.

Quiero terminar con un cuento que me contó mi padre, dice así:

Había un bosque en el que vivían muchos animalitos. De repente este bosque se empieza a incendiar y todos los animalitos empiezan a huir. Sólo hay un gorrioncito que va al río, moja sus alitas, vuela sobre el bosque incendiado y deja caer una gotita de agua, tratando de apagar el incendio. Va al río, moja sus alitas, vuela sobre el bosque incendiado y una o dos gotitas de agua deja caer, tratando de apagar el incendio.

Pasa un elefante y le grita al gorrioncito: ¡No seas tonto! ¡Huye como todos! ¡No ves que te vas a achicharrar! El gorrioncito voltea y le dice: ¡No! Este bosque me ha dado todo, familia, felicidad; me ha dado todo y tengo tanta lealtad que no me importa que me muera, pero voy a tratar de salvar este bosque.

Va al río, moja sus alitas y revolotea sobre el bosque incendiado y deja caer una o dos gotitas de agua.

Ante esta actitud los dioses se compadecen de él y dejan caer un tormentón, y el incendio se apaga. Y este bosque vuelve a reverdecer y a florecer, y todos los animalitos vuelven a regresar y a ser felices, más felices de lo que eran.

Mexicanos de todas las edades, yo comparo este bosque con mi México, tal vez estemos en un gran incendio, en una gran crisis política, social, económica y moral; pero yo les pido a ustedes que todos los días dejemos caer una o dos gotitas de sudor y de trabajo. ¡Si así lo hacen, México se los agradecerá y Dios los bendecirá!

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