viernes, 4 de septiembre de 2009

Multa Merecida



Fiorello La Guardia, antiguo alcalde de Nueva York algunas veces presidía el juzgado. Un día muy frio fue llevado ante él un anciano, acusado de haberse robado un pan; su familia estaba hambrienta, explicó. "Tengo que castigarle" dijo el alcalde. "La Ley no tiene excepciones. Lo sentencio a una multa de diez dólares".
Dicho esto, puso la mano en su bolsillo: "Bueno, aquí tienen diez dólares y ahora le perdono la multa. Mas aún, voy a multar a todos los que se encuentren aquí en el juzgado con 50 centavos, por vivir en una ciudad donde hay un hombre que tiene que robar para comer". Se les pasó el sombrero a todos lo presentes y el anciano, que no acababa de creelo, con los ojos como estrellas, salió del juzgado con 47.5 dólares.

Maurice Nassan, S.J.

NOTA: No sé si sea cierto, lo encontré en un folleto, pero es una bella fábula.

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