lunes, 16 de agosto de 2010

Dia seis en Paris

Anoche me dormí con trabajo por la preocupación del avión de Frankfurt a Londres, no pude simular la compra en el iPod, ese vuelo es importante, si sale muy caro no se que haré con dinero de menos, probablemente tenga que dormir en terminales, eso, por un día, no me quejo (mucho), pero toda la semana no la podría aguantar. Le diré a la guía a ver si me puede conectar con un vuelo barato.

Ya en el autobús, fuimos a notre-dame, enorme, con puertas simbólicas, la fachada que todos conocemos se erguía a unos metros de nosotros tras una explanada de piedra negra con otras mas claras que formaban figuras y largas líneas, la explicación no tardó, esa era la calzada que cruzaban todos los creyentes el siglo pasado, estaba flanqueada por edificios altos de cinco-seis pisos, además, con algunos metros de separación había cuatro capillas que ahora sólo son recordadas con piedras grabadas con su nombre.

Ya frente a la famosa catedral, la figura de la virgen coronada con el vitral nos daba la bienvenida, el marco decorado de la puerta nos era indiferente hasta que nos tradujeron sus palabras de roca, la copa, las puertas, los ángeles, todo nos invitaba a pasar mientras cumpliéramos las reglas, sus reglas, muchos humildes hicieron las dos cosas, y otros, más soberbios, sólo pasamos, dentro el remolino de simbolismo nos embolvió, lo único claro era el precio de la veladoras, 5€, $85, todo lo demás estaba ahí gritando, inventame una historia, como todas las iglesias. Algo que me sorprendió y a muchos creyentes les gustará es que la virgen de Guadalupe tiene su apartado, una capilla en notre-dame, nada mal, no?

Una historia curiosa que contó el guía, recuerdan al jorobado? supongo que también recuerdan el mito popular de que sobarle la joroba a uno atrae la buena suerte, pues resulta que los jorobados si existían en las iglesias, no sólo en notre-dame, ya que ahí iban los comerciantes a firmar contratos frente Dios, babosadas así, y los jorobados prestaban sus respectivas para apoyar el papel, así le conferían su "suerte" al acuerdo, curioso.

Total, después de salir, el paseo en bote por el Sena abordó a unos kilómetros, subimos al techo y nos acomodamos, todos lo monumentos que ya habíamos visto pero ahora con el vaivén de la marea, aproveché para grabar un video resolviendo el cubo frente a la torre Eiffel, ya lo verán, media hora o cuarenta minutos duró el trayecto, apresuraré esto, ando cansado, estos días han sido movidones y no he dormido mucho.

Unas horas después, ya comidos, fuimos al palacio de Versalles; hogar de los reyes de Francia hasta el siglo VXIII, creo. Primero entramos a la mitad ocupada por el rey, exacto, vivían en partes diferentes del palacio, cada uno con sus propios sirvientes, la capilla, la sala de juntas, las sala de los gobernantes, entre otras, al final, la recamara del Rey, oro por todos lados con colores azul y verde debajo, después al lado de la Reyna, el salón de los espejos donde se firmó ese famoso tratado, el recibidor y la recamara, oro con fondo rosa y rojo. La guía contó la historia de los muebles subastados y es que al levantarse el pueblo contra los reyes Luis XVI y Maria Antonieta, acabaron con su guardia, saquearon y quemaron todo, a ellos los enviaron a la horca pero los muebles los vendieron para comprar comida. Salimos a los jardines, seis km2, me parece, todos privados en la época, ahora del estado abiertos al publico, varios estanques, esculturas, dos laberitos de arbustos con alrededor de tres metros de altura, fuentes, naranjos que según dijo la guía eran los mismos que había visto el rey en persona, rentaban carritos de golf para pasear por el lugar, botes para un pequeño lago que estaba al fondo, majestuoso.
Al regresar fuimos a encontrarnos con mi hermana que no había asistido, cenamos, compramos recuerditos y regresamos al hotel para descansar, yo fui a arreglar lo del boleto de avión de Frankfurt a Londrés, decidí ya no ir a Liverpool por falta de tiempo, ya será en otra ocasión, en media hora terminé, conseguí el avión en una línea de low cost por 60€, nada mal, eh!

A las 10, ya arreglados, yo con una camisa, sin peinar y con converse, subimos al autobús que nos llevaría al Moulin Rouge, un cabaret que cogió fama en los años cuarenta por la presentación de su show "French can can" ese baile que todos conocemos de una veintena de mujeres levantandose las faldas y alternando las piernas todas sincronizadas. Dos horas duró el espectáculo, mismas que no se sintieron, el coqueteo y el glamour francés se combinan aquí, las mujeres más hermosas que he visto con sus vestidos que les dejaban el pecho descubierto, mismos que lucían naturales, los hombres con sus pantalones y camisas justas abiertas por el cuello hasta abajo del pecho, se llevaron más de una mirada de cualquier mujer presente, las sonrisas, el coqueteo tan natural, tan sensual, tan exitante, tan real, sin embargo ninguna de ellas están cerca de las posibilidades de ningún mortal por muchos corazones sinceros que entregue. Ni un sólo euro es malgastado en ese show, hombres y mujeres usando todos sus atributos para una cosa, exitarte.

Al salir descubrimos un ventilador en el suelo que la hacia de la pequeña y conveniente corriente de aire que le alza la falda a una fortunada, ahí estaba una pareja, ella posando feliz y sonrojada mientras su hombre sostenía la camara listo para captar cualquier movimiento inesperado.

Llegamos al hotel y a dormir, eran la una y media.

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